TED NUGENT'S AMBOY DUKES - TOOTH FANG & CLAW (1.974)

 

Llevo ya unos días queriendo hablar de este tremendo pelotazo que es Tooth, Fang & Claw, un disco que representa toda una auténtica bofetada en la cara y que es sin ninguna duda mi disco favorito del feroz guitarrista americano Ted Nugent en su etapa Amboys Dukes, cuando aún calzaba taparrabos y se perdía por los bosques de Detroit a la caza del buffalo. Un álbum que en estos días de festivo asueto y en los que necesito algo de energía positiva, lo he vuelto a retomar en mi equipo de forma compulsiva. La obra de Ted Nugent es inmensa, no, no controlo toda su obra mas allá del Cat Scratch Fever de 1.977, a partir del cual dejó de interesarme porque me parecía todo semejante y sin chicha. Pero este disco... madre mía, ¡ es un auténtico artefacto sónico !, de esos que revientan tímpanos sin contemplaciones.

Este disco me lo trajo mi hermano de un viaje a Londres cuando yo aún podía presumir de melena al viento, os podéis hacer una idea de lo que supuso a esa edad encontrarme con esas canciones tan abrasivas de las que te vuelan la cabeza, de un personaje al que no conocía de nada, pero que solo verlo en la portada del disco con esa pose de rabiosa fiera desvocada, ya me daba una idea de lo que contenía en su interior. Y es que algo que comienza con un auténtico trallazo como es Lady Duck no puede dejarte indiferente, porque si es así, es que no tienes sangre en las venas ¡ menuda forma de comenzar un disco de rock !. Y ya fue escuchar el tema Living In The Woods, y caí rendido a los pies de esta auténtica bestia parda de la guitarra. Y claro, es que con un inicio así, ya me tenía más que ganado. Porque temas así de potentes hacen que realmente te sientas vivo. Pero es que el resto del disco va a más, con gemas tan escalofriantes como el instrumental Hibernation, en el que nos abasalla con uno de sus melódicos riffs de guitarra, y donde las afiladas guitarras escupen fuego en los solos ( la primera canción que me puso los pelos de punta de Ted Nugent y que me tuvo obsesionado durante meses ). El resto mantiene un digno nivel, como es el caso de Maybelline, el clásico de Chuck Berry, en el que Ted Nugent se comporta como una auténtica bestia, destrozándonos los tímpanos a golpe de salvajes riffs. También me deja completamente KO.  The Great White Buffalo, en la que de nuevo se anda sin contemplaciones, y en la que encontramos todas las características que hacen de Ted Nugent un guitarrista poderoso ¡ un verdadero porrazo guitarrero !. Y que decir de la salvajada de No Holds Barred con la que cierra este magistral álbum. ... Simplemente espectacular y brutal ...

Ted Nugent nunca me ha vuelto loco del todo, pero con este álbum si creo que lo consigue, porque es imposible hacer algo mas salvaje que esto, es imposible.

Personal :

Ted Nugent : Guitars, Vocals, Percussion.
Rob Grange : Bass, Vocals.
Vic Mastrianni : Drums, Percussion.