SPIRIT - TWELVE DREAMS OF DR. SARDONICUS (1.970)

 

Cambiando de registro, lo cual es bueno de vez en cuando, hoy he estado revisitando a los californianos Spirit, cada vez que recupero este disco, no se cual es el resorte que me lleva a recuperar en el mismo día, a grupos como Love o Moby Grape. Bueno, si que creo saber cual es el resorte, que los tres se complementan musicalmente. Cuando comencé a escuchar la música de Spirit, era practicamente un adolescente, y como tal, no dejaba de sentirme atraído por aquello que denotaba cierto grado de rebeldía, y con esa inocencia quedé capturado por álbumes como este Twelve Dreams Of Dr. Sardonicus que publicaron en 1.970. Un trabajo que me ayudó a asumir el contenido musical que en él había de muy buen grado y acercarme sin rémoras en una etapa en que mi mente estaba solamente interesada en las guitarras cañeras propias del hard-rock ( presidida por los sonidos de Deep Purple, Black Sabbath o Uriah Heep ), a una música que resultaba fascinante, y que contribuyó como ninguno a la apertura de nuevas sensaciones. A partir de ese momento supe que ese sentimiento de admiración me había adentrado en un mundo de melodías sugerentes con las que disfrutaba, y que, con la música de Spirit, mis " rencillas " musicales hacia otras derivas que no fueran el hard-rock o el blues-rock habían desaparecido a la hora de degustar otros estilos musicales en los que todavía no me había adentrado, y que también me esperaban para deleitarme.

Así mi primer sentimiento hacia el acid-rock y la psicodélia, con el paso del tiempo se ha convertido en admiración y ahora siempre que sufro de saturación ( bien entendida ) de rock & roll, no puede faltar alguno de sus elementos más representativos sonando por mis altavoces.

Este Twelve Dreams Of Dr. Sardonicus aglutina entre sus surcos un pequeño catalogo de sonidos exuberantes. Lo que si puedo decir es que este es un álbum conceptual, que gira alrededor del mundo onírico del tal Dr. Sardonicus. En el que con un tono de acid-rock coloreado de sobresalientes melodias y pinceladas folky, nos adentran en un mundo de hermosos pasajes que ya saborearemos desde la inicial Prelude-Nothin' To Hide, un enérgico acid-rock con una excelente combinación de voces y unos sublimes arreglos de viento. Otras piezas clave de este imponente puzzle sónico, son para mí la folky Nature's Ways, con unas fabulosas armonías vocales. La rítmica Mr. Skin, de nuevo con unos descomunales arreglos de viento, y un majestuoso estribillo. O la hipnótica pieza psicodélica When I Touch You, con unas guitarras muy lisérgicas. La cosa tampoco decae en temas de sabor más optimista como las más rockeras Street Woman y Morning Will Come, con una sensacional sección de vientos que le da mucha fuerza al tema y un vibrante estribillo. También despiertan cierto sentimiento de melancolía temas como Soldier o la hermosa Why Can't I Bee Free, donde nos deleitan con unas delicadas armonías vocales.

En fin, un disco con letras mayúsculas, que no ha de dejar indiferente a nadie que se lo ponga entre las orejas, y que guarda un lugar destacado en mi colección musical, y en mi catalogo particular del acid-rock setentero.

Personal :

Randy California : Guitars, Vocals.
Ed Cassidy : Drums, Percussion.
Mark Andes : Bass, Vocals.
Jay Ferguson : Vocals, Keyboards, Percussion.
John Locke : Keyboards.