Surcando los mares del rock

Despidamos el año de la mejor forma posible, acompañado de fibrosa música y mejores propósitos. Y para darme ese pequeño gusto, nada mejor que hacerlo con uno de esos discos de robusta sonoridad que tanto nos gustan en esta casa, de la mano del sorprendente grupo israelita  Jericho Jones , y su álbum Junkies , Monkeys & Donkeys,   un disco que vio la luz allá por 1.972, el cual llevaba bastante tiempo sin acercármelo a las orejas, así, que este es un buen momento para darle una merecida pasada por los altavoces. Mucho cuidado con este redondo, porque es todo un coctel gozoso para estas embriagantes horas finales del año, en el que destacan buenas canciones que se defienden por si solas, con una mixtura de ácida psicodelia, sugerente prog y hasta pegajoso hard rock de juguetones estribillos, todo ello está diseminado por el disco con muy buen tino y adornado de excelentes armonías vocales, tremendas sonoridades, y todo un frenesí de primorosas guitarras. Una de esas obras que se

Después de pasar unos días tempestuosos necesito algo de música relajante que forme parte de mi vieja discoteca y me ponga de buen humor, así, que nada mejor para ponerme en órbita de nuevo y elevarme los ánimos, que en casita, calentito y poniéndome al abrigo de un redondo de envoltorio progresivo pero peligrosamente gozoso en su sonoridad, de esos que en su momento fue torturado insistentemente por la aguja de mi plato hasta decir basta, como fue el Remember The Future de los británicos ( aunque hicieron toda su carrera en Alemania ) Nektar ( primera banda que tiene una segunda entrada en esta casa, y bien merecida que la tienen ). Vaya por delante, que a mi con el paso del tiempo me parece una obra maestra del progresivo, uno de esos discos para disfrutar y no dejar de disfrutar, un trabajo de referencia, la piedra angular de la carrera de la banda, no encuentro superlativos para calificarlo, así que bien se merece la reseña. ... Que gusto da volver a poner el disco, y escuchar

Volviendo a los ilustres olvidados ( que son los que a mi más me gustan ), a esas bandas que casi nadie las recuerda explícitamente y que a mi me gusta rescatar de vez en cuando en mi equipo. Hoy me ha dado por repasar la obra de Orange Wedge , fantástica banda orientada hacia un heavy psych de sobrias tonalidades, que no se caracterizan por su crudeza o contundencia sónica, sino mas bien por contener unas estructuras sónicas de gran belleza basadas en la sencillez, y no en alardes de virtuosismo instrumental, o en composiciones rebuscadas. Estaba radicada en Baltimore y nos dejó dos atractivos trabajos allá por los albores de los 70,s. Este que os acerco hoy es su debut que responde al título de Wedge , y que vio la luz en 1.972. Escojo este debut porque lo tengo bien considerado y tiene algo mas de empaque que su continuación, el puñado de canciones que contiene me parecen bastante sólidas, variadas y prometedoras. El disco lo acabo de escuchar completo, de una sentada, y acompaña

A Taste les debo una entrada formal en estos Mares del rock desde hace tiempo, tengo que ponerlos, me siento obligado. Ya he comentado alguna vez que Rory Gallagher es uno de los guitarristas favoritos de esta casa, en parte, porque fue el primer músico que me impresionó encima de un escenario siendo una de las experiencias mas intensas de mi vida, cuando presencié su interpretación en directo en marzo de 1975 casi me pongo de rodillas como muestra de admiración, me atrapó sobretodo esa manera suya de tocar y cantar en directo, era puro disfrute, sin trampa ni cartón, pura naturalidad y honestidad, y eso me convirtió en un fan declarado de por vida. Su propuesta musical de gran calidad se merece un puesto de honor en las orejas de cualquier melómano que se precie de adorar los ardorosos sonidos bluesy setenteros. Para esta entrada he seleccionado un regalo maravilloso, como es la fantástica caja de 4 cds. que ha tenido a bien sacar Universal de su etapa con Taste y que atiende a

Tarde de recogimiento ordenando los viejos vinilos en su nuevo y reluciente asentamiento, mientras tanto, disfruto de uno de mis placeres mas ocultos que es pinchar en mi sobreviviente plato Technics ( me acompaña desde hace mas de treinta años, y aún esta vivito y coleando ) viejos redondos ¡ Me encanta el ruido que produce el vinilo cuando la aguja cabalga los deteriorados surcos ! ¡ Gloria bendita !, y mucho más, si es agarrado a la nostalgia de reliquias como la que he escogido para amenizar la tarea, se trata del crepuscular Teaser del respetado y admirado guitarrista Tommy Bolin , igual que hacía hace muchas lunas, hoy lo vuelvo a disfrutar como en las grandes ocasiones. Un acariciador redondo que jamás me he cansado de escucharlo, y que el tiempo se encargaría de colocarlo en lo mas alto de la discografia de este malogrado guitarrista, el cual reúne los ingredientes necesarios para pasar un placentero rato mientras hago la faena, guitarras eléctricas de sabroso tono, precios

En lo concerniente a las aficiones musicales, las cosas ya no son como solían ser en tiempos pasados, por lo menos para este humilde escribiente. Las adquisiciones recientes, léase obtenidas a través de blogs que tienen el buen gusto de compartir ( Quitando alguna excepción entre interesantes novedades y jugosas reediciones ), son lo mas frecuente en estos tiempos de penuria económica. Pues estas, rara vez se suelen quedar el tiempo suficiente en mis orejas para poderlas apreciar como se merecen, vienen y van con inusitada rapidez, por lo general se debe a tanta acumulación que hace que rápidamente sean sustituidos por otros que están a la espera ¡ Quizá sea yo que no tengo paciencia !, o simplemente porque vuelvo a poner esos discos que me hicieron descubrir esto del rock y que tanto me apasionaron, las más de las veces. Pero hay excepciones y, uno de esos redondos que a pesar de su juventud en el paso por mis orejas, ha sido todo un sorpresón para mí y se ha quedado a vivir una bu

La década setentera acababa de dar sus primeras bocanadas cuando este buen trío londinense de efímera existencia llamado Incredible Hog se puso manos a la obra con el disco que nos ocupa hoy Volumen 1 que vio la luz a inicios de 1.973, y que en estos últimos días estoy absorbiendo de forma convulsiva y me está deleitando, ya que resulta ser toda una agradable andanada de hard rock vagamente bluesy, en el que los riffs de guitarra de actitud grasienta campan a sus anchas por todos sus surcos, de esos que se te aferran a tu cerebro. ... Una pena que no llegaran a romper un poco en este mundillo, y se quedaran solo en este único trabajo, porque tenían base para logros mayores, talento y actitud no les faltaba, pero incomprensiblemente no se comieron una rosca, a pesar de que tenían un sonido bastante convincente y unos trallazos que calan hondo, además de un guitarrista que sin ser nada del otro mundo, tiene su enganche y no lo hace nada mal durante todo el redondo ... Como ya digo,

Cualquiera que pase por esta bitácora rockera, aunque sea de vez en cuando, sabe, que aquí se agasaja como es debido a los que, por mil motivos, no se comieron una rosca, o no todas las que debieron en su tiempo. Así, que siguiendo las buenas costumbres que por este tugurio se frecuentan, me dispongo a presentaros otro de esos trabajos con la palabra " olvidado " marcada a fuego sobre el en particular y sobre el grupo que lo creó en general. Y es que este Hard, Heavy, Mean & Evil que os acerco hoy es un gozoso redondo de heavy psych de incisiva sonoridad garagera que vio la luz allá por 1.970, que fue grabado por la banda de New Jersey que atendía al nombre de Negative Space . Se trata de un trabajo con unas canciones de postura desenfadada y sin rodeos, ejecutadas en nervudas construcciones, en las que se filtran cierto estilo garage, así como psicodelia ácida de demoledora resonancia, cimentada en unas sucias y ásperas guitarras de elevada saturación fuzzy, que log

Tenía esta entrada pendiente desde hace un par de semanas y hoy me he lanzado a traerla a este insano tugurio.... A Head Machine apenas los he escuchado a pesar de que los tengo hace un puñado de años, de cuando a los Uriah Heep los vivía plenamente en mi adolescencia y eso marca, por lo que todo lo que rodease a alguno de sus miembros era motivo de curiosidad y pasada por el equipo. Y cómo esta banda fue una de las bandas de las que formo parte mi admirado Ken Hensley ( también nos encontramos al baterista Lee Kerslake que años más tarde se incorporaría también a los Uriah Heep ), pues en su momento este Orgasm que vio la luz allá por 1.970 paso a formar parte de mi colección de vinilos. Tengo que reconocer que en su momento, no me emocionó lo suficiente, como para darle demasiadas pasadas por el equipo, con esto no quiero decir que no me gustase por completo, sino simplemente lo que he dicho, que no encontré en el canciones de las que enganchan en una primera escucha, termina

Monumento sonoro ( que llevo escuchando todo el fin de semana ) es lo que traigo hoy, de una banda indispensable en la historia del rock de raíces bluesy, me estoy refiriendo a la entrañable Steve Miller Band y su álbum doble King Biscuit Flower Hour Presents , uno de esos discos que te asegura un subidón instantáneo a golpe de canciones sencillas y pegadizas que te dejan sin aliento, que está compuesto por dos grabaciones reproducidas en el famoso programa, una de ellas grabada en 1.973 en Shady Grove, Washington D.C., que es la que más me atrae, y la otra en The Beacon Theather, New York City en 1.976, por cierto, el sonido en ambos es excelente. No puedo dejar de estremecerme cada vez que meto uno de los dos cds en el equipo y escucho esos temas energéticos y deshinibidos que te alegran la vida tan característicos del guitarrista de Milwaukee (Wisconsin USA), y que en directo son donde alcanzan las mejores cotas de sonoridad, con unos cuantos momentos de inspiración gloriosa. Dos