Surcando los mares del rock

Volvemos con otra descarga de esos sonidos que tanto nos apasionan, aunque solo sea a un servidor y algunos de esos que tienen a bien acompañarnos en esta bendita locura. Así, que nos ponemos durillos y preparamos nuestros oídos para escuchar algo contundente de la mano de una de las bandas que más alto ha dejado el pabellón del rock sureño, con un nivel asombroso como son los Outlaws , banda que lleva sin desfallecer desde inicios de los setenta, y lo hago con un álbum que no tiene desperdicio alguno, que es para enamorarse y enamorar, que es toda una gozada para los sentidos y en todos los sentidos, como es este Anthology (Live & Rare 1.973-1981) , un cuádruple álbum en el que en tres de ellos hacen un impecable repaso a los mejores temas de esos años grabados en diferentes conciertos por los USA, y en el cuarto nos presentan diferentes demos. Una excelente obra para descubrir los inicios de una de las mas grandes bandas sureñas estando en su salsa, encima de un escenario y l

Otro descubrimiento apasionante que cae por este tugurio, porque de eso nunca me canso, y así mientras lo paso por los altavoces, disfruto de eso que tanto me encanta, la buena música que me lleva por senderos a descubrir. Y en esta ocasión lo hago con una pequeña delicatessen que está envuelta de auténticos fogonazos de magia hard-prog, venida de tierras nórdicas, más concretamente de Dinamarca, y que están tremendamente interpretados por la banda Culpeper's Orchard en su álbum debut de mismo nombre, realizado allá por los lejanos 1.971. Un disco maravilloso, precioso, con una calidad musical excelsa, con un conjunto de canciones que conforman una obra que es una auténtica gozada, de las que no dejan de sorprender al oyente. En el tenemos música de impecable trato que nos eleva hasta el infinito. Después de un pequeño flash folky en el que un banjo adorna su entrega y que nos prepara de forma acariciadora para esa tremenda barbaridad que dividen en dos partes, una inicial y

Desde que me hice un asiduo de los placenteros viajes por la red, una de mis pasiones favoritas es descubrir bandas perdidas en el tiempo ( las cuales en mis años de juventud no solían inundar las estanterías de las tiendas de discos), y que por lo general suelen ser pequeñas sorpresas y toda una bocanada de aire repleto de gozosa música con la que disfrutar a poco que estés preparado para volar. Y en esa búsqueda desaforada de sonidos perdidos en el tiempo dí con esta banda llamada Socrates Drank The Conium que fueron una de las bandas más recordadas de la década setentera en el panorama hard rock heleno, aunque siguieron sacando discos mucho más allá, pero esos primeros años fueron los de mas impacto con tres tremendas andanadas como Socrates Drank The Conium (1.971), Taste Of Conium ( 1.972) y este que os acerco hoy, que ha sido el último que ha pasado por mis orejas y que me ha atrapado por completo llamado On The Wings , que vio la luz en 1.973. Tres excelentes discos en los

Seguimos moviéndonos por los sonidos más emocionantes y maravillosos que tanto nos apasionan ( por lo menos a un servidor ), y que nos llenan de todo lo que nuestra mente desea cuando uno los escucha, y lo hago con otra de esas historias olvidadas por los siglos y siglos que tanto me gusta rescatar. En esta ocasión me decanto por un grupo que tampoco duró lo que debiera ( porque tenían mucha calidad ) como fue la banda germana radicada en Bremen,  Sitting Bull  con su único trabajo Trip Away que vio la luz en 1.971. Un muy buen disco que se mueve por los senderos del psych rock, acariciando por momentos sonidos que nos pueden llevan al country, todo ello adornado de interesantes melodías que están hechas con mucho gusto que podríamos enraizar con los sonidos West Coast, y que se degustan con el placer de la buena música que siempre te dice algo. Aún gustándome y mucho todos los temas del álbum, porque cada uno me aporta algo especial, hay un momento realmente esplendoroso donde

De nuevo estamos aquí para traer un poquito de eso que nos hace vibrar, y como no se me olvidan mis orígenes hard rockeros, que fue lo que me hizo comenzar esta bonita aventura a la que, afortunadamente no le veo fin.... Pues nada mejor que traer un buena andanada de pesado hard del que se te incrusta en el cerebro y te atraviesa de arriba hasta abajo, de la mano de los italianos ( aunque formados en tierras teutonas ) Black Spirit y su álbum debut de mismo titulo que fue parido en 1.973, aunque no vería la luz hasta un par de años después, un tremendo disco de contundentes sonoridades, con unas poderosas guitarras que arañan la piel y por momentos cortan la respiración con sus incendiarios riffs. El disco se desarrolla en temas extensos, salvo un pequeño ramalazo de dureza en formato de suspiro. Extensos momentos que son todo un descarnado paseo para que los riffs de guitarra y los solos fluyan como deben, con la intensidad que requieren las sonoridades aguerridas y poderosas. L