Sonidos vitales que me han descolocado y embrujado a la vez
KROKODIL - SWEAT AND SWIM (1.973)
Obtener enlace
Facebook
Twitter
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
Por fin dejamos atrás las fiestas, y eso me reconforta, no es que reniegue de ellas, siempre son entrañables, pero últimamente me agobian un poco, y me ponen enfermo de nostalgia por la falta de seres muy queridos, por lo que necesito automedicarme con buena música para dejar de lado los sentimientos encontrados que se suelen agolpar en el corazón en esos días, y lo he hecho de la mejor forma posible, desempolvando viejos discos de esos que apaciguan el alma y reconfortan el espíritu, y de los cuales alguno llevaba tiempo sin escuchar, y entre los discos que he ido rescatando, están los de una banda Suiza que a mí siempre me ha parecido bastante buena, pero que tuvo la mala suerte de que el reconocimiento nunca se cruzó en su camino, a pesar de tener bastante enjundia sonora, estoy hablando de Krokodil y su excelente doble trabajo de 1973, Sweat And Swim. He escogido este en concreto porque me parece un disco soberbio, con una escucha de lo más gratificante, aunque algún que otro disco anterior de los suizos tampoco están nada mal, y podrían haber tenido su hueco sin sonrojo alguno, pero este que os acerco lo veo un punto por encima del resto que he escuchado. Y que es lo que se encuentra uno en este gozoso disco, pues la típica argamasa sónica de tonalidades psych que nos deparaban las bandas centroeuropeas de esos años, sobre todo las encuadradas en el denominado Kraukrock, es decir, pasajes de liturgia bluesera, reminiscencias folk, rock de fina sonoridad ácida y, sobretodo, mucha experimentación de cuidada arquitectura capaz de crear un soporte sonoro bastante inspirado, de tonalidades cálidas y acariciadoras. ... Lo mejor que se puede hacer es escuchar el disco y disfrutarlo, y no pensar demasiado en procedencias, seguro que sorprenderá ...
Los diez temas que conforman el álbum no dejan, como digo, lugar a duda en cuanto a inspiración, sus influencias sonoras son ya bastante evidentes desde que la aguja se posa sobre los surcos del corte inicial Talking World War III Blues, que es todo un fogonazo de desenfadado blues, bañado por la brisa de una plañidera armónica y unos tenues coros. El rock arenoso se empapa de nerviosa energía y disfrutables estribillos en All I Ever Wanted, y en la intensa That's All Right, Mama. Mas envolventes y preciosistas suenan temas como Daybreak, de piano embriagador y guitarras entregadas, el instrumental Skylab es otro luminoso momento, armado con una aterciopelada armónica y unos ardorosos riffs de guitarra en la parte final, y que decir de la hermosa Little Girl, un tema de cristalina emoción y bella melodía, que es llevada en volandas por guitarras que rugen sin morder ¡ Otro corte estupendo !. El blues pantanoso y palpitante de granítico riff y arrastrada armónica, se asoma en la inapelable Two To Twelf.
Pero, si hay un tema de impresionante cobertura atmosférica, ese es Linger, un tema esplendoroso de más de diecisiete minutos, de fluida y sugerente textura sónica, repleto de armónicas gaseosas, intensas guitarras de ensoñadora hemorragia eléctrica, y nerviosos teclados... maravillosa y punto...
Precioso recorrido sónico es lo que nos depara este excelente trabajo de los suizos. Un disco realmente amable y estupendo que os recomiendo escuchar con calma y paz.
De estos escuché el primero pero hace la tira ya. Además fue de esos que escuchas de pasada y no haces mucho caso. Y ahí se quedó la cosa, aunque por lo que cuentas debe sonar muy bien!
Los primeros no están nada mal, tienen una sonoridad algo mas cruda de tonos psych. Pero este es de mis favoritos, aquí pierden un poco la crudeza y nos dejan un trabajo mucho mas pulido. Es de esos discos que cuando lo has escuchado siempre te quedas bien, con una sensación agradable a música bien hecha. A pesar de lo desconocidos que son, todos sus trabajos son realmente interesantes y gozosos.
Está bien eso de desempolvar grupos que hasta hace bien poco eran totalmente desconocidos para mi, y que tras una primera pasada por los altavoces me ha puesto las orejas bien tiesas y me ha provocado emociones adolescentes con su atractiva propuesta. En esta ocasión ese combo que me ha tocado la fibra y que merecen un pequeño hueco en esta casa para no caer en el olvido, se llaman Farm y provienen de Illinois (USA), y el álbum que me ha provocado esa atracción irresistible ha sido su homónimo trabajo que fue parido allá por 1.971. Se trata de otra de esas interesantes bandas que lamentablemente se quedaron a medio camino del reconocimiento general. Si hay algo que sigo manteniendo intacto después de tantos años al pie del cañón, es que cuando pongo un novedoso disco en cualquiera de los soportes, tengo la necesidad de que me sorprendan, inicialmente me dejo llevar por sus sonidos, y si al cabo de un rato, no he cambiado de disco, es que la cosa marcha meridianamente bien,
Volvemos a la pomada después de unos días en el que las sofocantes calores han dejado las neuronas tan derretidas que no había demasiadas ganas de ponerse a teclear en el ordenador. Así que para compensar el tiempo perdido he puesto el punto de mira en un disco que en estos últimos días ha sonado bastante en los altavoces y me ha dejado un grato sabor de boca como para acercarlo a esta bitácora, se trata de The Mops , uno de los grupos pioneros y mejores de la escena psicodelica nipona con su fascinante álbum de estreno Psychedelic Sound In Japan aparecido en 1.968. No conozco a fondo su obra, mas allá de dos trabajos, pero si que puedo decir que este primer acercamiento es el que más me ha entusiasmado, un disco de variado tono que bucea en las procelosas aguas de la psicodelia de poso californiano de la que eran fervientes seguidores. Un trabajo de encantadora atmósfera que rezuma ese ambiente festivo que la psicodelia sesentera siempre deja en el oyente, con temas que resul
Me doy un respiro bluesy y para esta ocasión me sumerjo en un baño mucho más fogoso, con un disco que me cautivó y atrapo al instante de echármelo al oído ya que está repleto de mucho nervio e intensidad sónica, como es el primer trabajo del tremendo power trio afincado en Ohio, Poobah que atiende al nombre de Let Me In , que fue parido en 1.972, y al que después de bastante tiempo he vuelto a él, precisamente esta mañana temprano mientras soportaba en el autobús acompañado de mi mp4 un pequeño atasco de camino a la capital y buceando en su interior me he topado con el y, algo me ha dicho que no me lo guarde para mi solo y lo comparta en este humilde espacio, y como no podía contenerme, pues aquí esta, ya que se trata de un muy disfrutable trabajo de hard-rock que es toda una psicótica descarga de energía de insuperable poderío guitarrero en el que luce sus habilidades Jim Gustafson , un sobresaliente guitarrista capaz de crear un sello sonoro propio con sus feroces riffs y nervio
De estos escuché el primero pero hace la tira ya. Además fue de esos que escuchas de pasada y no haces mucho caso. Y ahí se quedó la cosa, aunque por lo que cuentas debe sonar muy bien!
ResponderEliminarLos primeros no están nada mal, tienen una sonoridad algo mas cruda de tonos psych. Pero este es de mis favoritos, aquí pierden un poco la crudeza y nos dejan un trabajo mucho mas pulido. Es de esos discos que cuando lo has escuchado siempre te quedas bien, con una sensación agradable a música bien hecha. A pesar de lo desconocidos que son, todos sus trabajos son realmente interesantes y gozosos.
ResponderEliminarSaludos.