FINCHLEY BOYS - EVERLASTING TRIBUTES (1.969)


Por fin hemos dejado atrás al 2015, que esperemos que se haya llevado tanta gloria como paz ha dejado, ya que para un servidor ha sido malo de cojones y, ahora con los brazos abiertos acogemos al naciente 2016, con la esperanza de empezar a levantar la cabeza, y para ello, nada mejor que hacerlo con los motores que hacen funcionar la esperanza y el ánimo de vivir bien encendidos y, de la mejor manera que sabemos en esta casa, con la música, que ha sido el bálsamo que me ha alimentado durante todos estos meses de agobios y sinsabores. Así, que para empezar el año con ganas, fuerza e ilusión, he escogido un disco de sonido garagero, tonalidades ácidas y, atmósferas algo oscuras, como este Everlasting Tributes, y un grupo con base en Chicago que respondía al nombre de Finchley Boys, que practicaban una extraña pero muy sugestiva combinación de áspero blues, efluvios de acariciadora psicodelia, y hasta un angustioso acid-rock, todo ello meticulosamente combinado, resultando todo un tremendo choque sonoro para nuestros oídos, con unos cuantos temas, el que menos disfrutable y, alguno hasta sobresaliente. Y lo escojo porque me parece de lo mas apropiado para cogerle de forma nerviosa el aliento al iniciado año.

Lo he recuperado en estos días festivos, que he estado ordenando un poco el material que tengo en mi disco duro, tengo mucho pendiente porque últimamente me estoy tomando mucho mas tiempo con cada disco, degustándolos mucho más, dándoles algo mas de tiempo, lo vi entre todo el enjambre de carpetas y me decidí a pincharlo porque ya no me acordaba de el, no es un disco que te invada los sentimientos de primeras, pero tras unas cuantas escuchas, se deja abrazar. Se trata de un disco de esos que no pretenden nada, solo ser lo que son y transmitir honestidad, y lo consiguen en temas de descarnada y angustiosa sonoridad, de timbre denso y desasogante en la vocalidad, como en Hooked, para mí gusto uno de los mejores temas del álbum, en Once I Was A Boy, o en la escalofriante Restrictions, todos ellos están cargados de guitarras asfixiantes y una vocalidad repleta de desesperanza. Más dulces y agradables se nos muestran las tonalidades psicodélicas de I'm Not Like Everybody Else, una deliciosa revisión del clásico de The Kinks de guitarras amables y acariciadora melodía, y es que es muy difícil estropear una canción con una estructura melódica tan perfecta y deliciosa. La seductora It All Ends tampoco se queda atrás con su tenue ambientación y guitarras envolventes. También se deja seducir por sus encantos sin violentarnos la frágil Echoes Remains, acariciador tema con un asomo folk en la trastienda del sonido acústico. Más bluesy y fibrosa suena el instrumental Deep Throat Blues. E incluso se atreven a versionear a leyendas del genero como Chester Burnett (Howlin' Wolf), en la granítica Who's Been Talkin, toda una tempestad eléctrica de poderoso desgarro guitarrero y enriquecida con una arrastrada armónica ¡ Imposible que no guste !. El resto son un poco menos luminosas, pero igualmente se dejan escuchar, sin producir sobresaltos desagradables en nuestras orejas.

Un disco que al principio puede costar en su digestión, pero que tras las escuchas esporádicas, resulta cada vez mas apetitoso.

Personal :

George Faber : Vocals, Harp.
Garret Oostdyk : Guitar.
J. Michael Powers : Drums, Percussion.
Tabe : Bass.






Comentarios

  1. Bueno, si el 2015 fue un mal año seguro que este año 2016 va mejor. Hay que ser positivos.

    Buen disco, por cieto. Who's Been Talkin me gusta mucho!

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  2. Esperemos que así sea, por lo menos con ese ánimo lo encaro.

    Sí, es un disco bastante entretenido, se deja oír con bastante agrado.

    Saludos.

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