FARM - FARM (1.971)

 

Está bien eso de desempolvar grupos que hasta hace bien poco eran totalmente desconocidos para mi, y que tras una primera pasada por los altavoces me ha puesto las orejas bien tiesas y me ha provocado emociones adolescentes con su atractiva propuesta. En esta ocasión ese combo que me ha tocado la fibra y que merecen un pequeño hueco en esta casa para no caer en el olvido, se llaman Farm y provienen de Illinois (USA), y el álbum que me ha provocado esa atracción irresistible ha sido su homónimo trabajo que fue parido allá por 1.971. Se trata de otra de esas interesantes bandas que lamentablemente se quedaron a medio camino del reconocimiento general.

Si hay algo que sigo manteniendo intacto después de tantos años al pie del cañón, es que cuando pongo un novedoso disco en cualquiera de los soportes, tengo la necesidad de que me sorprendan, inicialmente me dejo llevar por sus sonidos, y si al cabo de un rato, no he cambiado de disco, es que la cosa marcha meridianamente bien, pero si además, consigue atraer mi atención lo que sale de los altavoces, es que la cosa funciona, y eso es lo que me ha ocurrido con este artefacto, que funciona muy bien. Porque lo que nos encontramos entre los surcos de este excitante trabajo, son 29 minutos de ensueño southern-rock que terminan por quedársenos bastante cortos, en los que nos demuestran el enorme potencial que atesoraba esta banda, con las guitarras como principal protagonista y guía espiritual absoluto de todo aquello que transcurre por este potente debut. Una vez que entramos en materia nos encontramos con una música que bien podría situarse entre los Allman Brothers, George Thorogood, o los mismísimos Wishbone Ash. Con una mezcla así el resultado saliente tendría que ser mágico. Abren fuego con la deliciosa Sunshine In My Windows que está más cerca de los postulados Allman, con ese blues-rock de hechuras acústicas y eléctricas, de armonías pegadizas e impregnado con cierto regusto southern, sin excesos innecesarios y tocado con mucho gusto y feeling. Cottonfiel Woman saca a escena riffs densos que aumentan el poder de la canción, dejando espacio para el lucimiento de la armónica y un buen solo. La clásica Statesboro Blues abona terrenos boogie saturado, muy onda George Thorogood, con una poderosa slide bastante sucia que no deja de marcar el camino. Jungle Song es mi favorita, aquí aparcan el blues-rock para relajarse un poco, se trata de una pieza instrumental con aires que nos pueden recordar a los primeros Wishbone Ash, con esas guitarras jugueteando de forma armoniosa y suave, suena lento y a la vez intenso ¡ Como a mi me gusta !. Y, para cerrar este corto trabajo Let That Boy Boogie, que refleja la cara más salvaje de la banda, en el que de nuevo se sumergen en las pantanosas aguas del boogie, con un fabuloso trabajo de armónica, y con unas guitarras que se encargan de marcarles el ritmo al desenfreno.

Os recomiendo que antes de escuchar este disco, vayáis a por un vaso, sacad un par de cubitos de hielo de la nevera, servíos un buen trago de vuestro mejor licor, y subid el volumen de vuestros altavoces, dadle al play y que la música de este artefacto en cuestión haga el resto.

Personal :

Del Herbert : Guitars.
Gary Gordon : Guitars, Vocals.
Jim Elwyn : Bass, Vocals.
Steve Evanchick : Mouth Harp, Percussion.
Roger Greenwalt : Organ, Piano.
Mike Young : Drums.