lunes, 25 de enero de 2016

TEAR GAS - TEAR GAS (1.971)


Como siempre le sienta bien a los oídos escuchar música de los viejos tiempos a la que no le he prestado mucha atención últimamente, he decidido para esta ocasión echar mano de otro de esos albumes que se quedan enganchados con el paso del tiempo en el cajón de los artefactos repescables y que en su momento no obtuvieron una justa resonancia. Y para ello, nada mejor que viajar hasta Escocia en concreto a la ciudad de Glasgow de la mano del combo Tear Gas y desempolvar su segundo trabajo de homónimo nombre que vio la luz allá por el año 1.971, y que es mi preferido de ellos. Un redondo en el que los escoceses nos entregaron una colección de canciones que beben del hard rock de estructura clásica, conteniendo todos los ingredientes básicos que todo grupo hard-rockero que se precie tienen que tener, es decir rasgados riffs, entregados solos, ritmo vivo, vitalistas medios tiempos y enervante actividad vocal. Todo esos elementos se adaptan perfectamente en el transcurrir del paso de la aguja sobre los surcos de este rotundo trabajo, muy bien guiado todo por las aguerridas guitarras de Zal Cleminson ( The Sensational Alex Harvey Band, Nazareth, Elkie Brooks etc. ) otro de esos curtidos guitarristas semi-desconocidos que tanto nos gustan traer por esta casa, se trata de uno de esos guitarristas que toca sin excesivos adornos técnicos, pero, por el contrario es capaz de dotar a su sonido de temperamento, entrega y mucho nervio, creando un muro sónico bestial de guitarra durante todo el recorrido del álbum, haciendo las delicias del oyente mas hard rockero.

No le faltan a este Tear Gas, desde luego, argumentos para constituirse como un pequeño clásico por derecho propio. Y es que los riffs de guitarra ya dibujan un entorno rasposo desde la inicial That's What's Real, todo un apabullante rock, que encierra mucho carácter en su interior con unas guitarras que rugen intensamente... ¡ fantástico !. Las guitarras electrizantes insuflan poderío en la contundente revisión del tema de Jethro Tull, Love Story, que cabalga entre un inicio de regusto reposado que da paso a una voluptuosidad sónica de riffs afilados coronada por un rompedor solo que pasa por ser de lo mejorcito del redondo. Mas refrescante se nos muestra Lay It On Me, un rock inflamable como una olla a presión, de musculosas guitarras, incisivo piano y estribillo pegadizo. Pero no queda la cosa ahí, ya que de nuevo nos vuelven a deleitar con dos andanadas repletas de poderío y espesos guitarrazos como Woman For Sale, de gracil melodía y encendido riff de tonalidades bluesy, y I'm Glad, con unas dominantes guitarras que encandilan. A partir de aquí nos tomamos un pequeño respiro con una descarga a medio tiempo como Where Is My Answer, de ritmo apasionado que no feroz, una gozada para querer y dejarse llevar. De nuevo entran a todo trapo con el encadenado rockanrolero Jailhouse Rock/All Shook Up. La balada First Time es un atractivo corte, con una guitarra de sugerente construcción melódica y un destacado uso del órgano. Ese buen hacer hard rockero general se corrobora con The Temptation Of St. Anthony, tema grabado en directo en el estudio que cierra de forma contundente el álbum.

Nos encontramos, en suma, ante uno de esos discos que en su tiempo fueron condenados al ostracismo mas absoluto, pero uno cosa tengo clara, que estamos ante un disco muy disfrutable, una pieza de culto a la que se le puede colgar sin ningún rubor la etiqueta de pequeña joyita.

Personal :

Zal Cleminson : Guitar.
Davey Batchelor : Vocals, Guitar.
Chris Glen : Bass.
Eddie McKenna : Drums.


jueves, 21 de enero de 2016

WOOLIES - BASIC ROCK (1.971)


No se si os ocurre a vosotros lo mismo, pero a mi últimamente me suele ocurrir con demasiada frecuencia, que elijo de la lista de pendientes de escucha un disco al azar para ser pasado por los altavoces, el cual aparentemente, no da la impresión de contener en su interior algo que pueda llamarte especialmente la atención, mas que nada por desconocimiento y, sin darte cuenta con el discurrir apasionado de las canciones termina por convertirse en banda sonora permanente de, como mínimo, unos días. Eso es lo que me ha pasado con la banda radicada en Michigan (Detroit) que atiende al nombre de Woolies, y su álbum debut Basic Rock que vio la luz allá por el lejanisimo 1.971. Lo que asoma por los surcos de este interesante trabajo es esencialmente sencillo rhythm & blues y rock & roll de resonancia primitiva con cierta insinuación al garage, que me ha entrado realmente bien y que no he parado de escuchar desde que pasó la primera vez por mis orejas hace un par de días. No, no, nunca estará entre mis discos favoritos de la historia, ni nada que se le parezca, pero, me está haciendo pasar ratos mas que agradables su escucha, ya que cada una de sus canciones es un auténtico placer para mis castigados oídos.

Y es que este Basic Rock entra fenomenal y, lo bueno, es que ya no sale. Arranca de forma sublime con la vitamínica revisión del clásico de Bo Diddley Who Do You Love, que esta cargada de punch y excitante estribillo de los que no se van y son sensibles al canturreo. A partir de aquí el álbum transcurre de forma agradable, sin grandes sobresaltos, con un par de temas de rockero carácter tonal como la inquieta Two Way Wishen o la agradable Let's Not Use Each Oter. El brioso rock & roll acelera el ritmo en temas como Bye Bye Johnny, una robusta revisión del tema de Chuck Berry ( músico al que se sentían bastante unidos, ya que los cuatro miembros de la banda le acompañan en la grabación del álbum San Francisco Dues de 1.971), o la sudorosa Back For More. Los ingredientes campesinos de ambiente de garito aparecen en temas como San Francisco Bay Blues, otra gozosa revisión del bluesman Jesse Fuller, o en la gustosa You're My Angel. Otras que arrebatan y me atrapan especialmente por su encanto sonoro y en las que aúnan el apasionado rhythm & blues y la feliz psicodelia, son la animosa Vandegraff's Blues, y la dinámica Truckin'. Pero, para mi gusto, si hay un tema que marca la diferencia, y en donde la banda brilla en todo su esplendor luciendo sus habilidades instrumentales, es con la racial revisión que hacen del clásico blues de Billy Boy Arnold Wish You Would, en el que una endurecida guitarra y una armónica con mucha enjundia y poderío se adueñan absolutamente de todo el tema, uno de esos cañonazos sonoros que tanto encienden la mecha de nuestro mecanismo interno, un torrente sónico contundente y devastador. ... y así de forma abrumadora terminamos el recorrido por los sudorosos surcos de este primitivo artefacto ...

Un disco realmente apasionante, que como tantos otros que han pasado por esta casa, me ha acompañado durante unos días en un disfrutable viaje que os invito a iniciar a vosotros también.

Personal :

"Boogie" Bob Baldori : Piano, Harmonica, Vocals.
Jeff Baldori : Guitar, Vocals.
Zocko Groendahl : Bass.
Bill "Bee" Metros : Drums.


sábado, 16 de enero de 2016

GRAND THEFT - HIKING INTO ETERNITY (1.996)


Como son demasiados los discos que uno tiene para pasar por las orejas, suele darse en demasiadas ocasiones, que un redondo que no entra de forma convincente en la primera pasada, pueda verse relegado al abandono mas severo, en especial eso suele ocurrir cuando hay demasiados trabajos que vienen achuchando con una propuesta que puede resultar cuanto menos mas estimulante. Y como soy consciente de que eso me suele ocurrir con demasiada frecuencia, suelo tener la sana costumbre de pasado un tiempo prudente, y cuando no tengo por delante ninguna apasionante propuesta con una necesidad imperiosa de pasar por las orejas, pues me dedico a reparar dichas injusticias cometidas y me pongo a repasar esos discos que se han visto en tales circunstancias meses o años atrás. Y en esta ocasión que no tenía propuestas interesantes que llevarme al equipo, he decidido subsanar errores anteriores y pasar por los altavoces a los americanos radicados en Mercer Island (Washington) Grand Theft, y lo hago con la reedición de 1.996, Hiking Into Eternity, que contiene unas primeras demos realizadas en 1.972, además de su primer álbum Grand Theft al completo de mismo año, mas un par de temas grabados en 1.973 que estaban incluidos en lo que iba a ser su segundo trabajo, pero que nunca vio la luz, quedando abandonado en el cajón del ostracismo, y en el que ya aparecía su nuevo guitarrista Loudus Volumous.

Lo primero que tengo que decir, es que en esta nueva pasada por los oídos me está pareciendo mucho mas interesante de lo que me pareció en su primera escucha, que me pareció bastante plomizo, y me está atrapando ese sonido sucio y jodidamente extremo de tonalidades blues psych que escupen los altavoces, que mas que acariciar, te araña la piel y deja cicatriz. En realidad lo que nos depara su música son unas atronadoras canciones de tonalidades heavy psych bañadas en crudo blues, que pasadas por una electrificante batidora dan como resultado un histrionico coctel de distorsión y pesadez sónica que te rasga los oídos. Guitarras ásperas que son todo un zarpazo y se te clavan como puñales en la piel, es lo que nos aparece en la ruda sonoridad de temas bluesy, como Leavin' This Town con la que abren el álbum, la estupenda Chain Driven Baby, sin lugar a dudas mi favorita, o la extenuante Log Rhythms/Meat Midgets. En otras invaden nuestros oídos con un Heavy Psych repleto de histrionismo instrumental como en el caso de Anxiety, otra que deja un buen poso, la opresiva Scream (It's Eating Me Alive), o la atronadora Closer To Herfy's. El hard rock de guitarras y voces en plena espiral psicótica llega en temas como Return Of The Meat Midgets. Y en otras nos llevan a pasear por parajes perturbadores de dolorosa intensidad, como en el caso de Depression City RFD-Ohms, o en la extensa jam Damn The Nation.

Un disco de distorsionado impacto sónico, que por momentos puede desquiciar, pero en general, es una delirante pasada de intrincadas sensaciones tocadas de forma extrema. ... Encuentra el momento adecuado para pasarlo por los altavoces, y prepárate para caer rendido ante los sonidos perturbadores y algo psicóticos de esta banda, pero eso sí, cuida tus oídos y no lo pongas a mucho volumen, que el daño cerebral esta asegurado... Estás avisado.          

Personal :

Crowbar Mahoon : Guitar, Vocals.
Riley Sedgemont III : Bass.
P.K. Skins : Drums.
Loudus Volumous : Guitar, Vocals (1973).
D.B. Fader : Keyboards, Vocals (1973).  

        

lunes, 11 de enero de 2016

SUCK - TIME TO SUCK (1.970)


Otro de esos artefactos demenciales que llegó en el ocaso del año a mis orejas, pero que su llegada ha sido arrasando y muy bien recibida, porque últimamente estoy muy receptivo a todo lo que suene poderoso, y eso para mi es algo bueno en estos días de pleno bajonazo, mas que bueno diría cojonudo. Y lo recibo con las orejas abiertas, porque además, se trata de otra de esas bandas desconocidas que me ha atrapado con su conglomerado sónico de lo más brutal. Y es que tengo que agradecer a esta banda sudafricana de nombre Suck, que en los inicios de la década setentera nos dejaran un trabajo tan demoledor como este Time To Suck que os acerco hoy. El caso es que cada vez que lo pongo en mi equipo, me veo atrapado por el sonido tan desbocado que escupen los altavoces, y me veo sumergido gozosamente en la espiral eléctrica de las saturadas guitarras que envuelven todo el discurrir del álbum, que van levitando por los surcos con una fuerza realmente tormentosa.

El álbum está repleto de revisiones de bandas de lo mas variopintas, solo incluye un tema propio, que van desde las más reconocibles Grand Funk, Deep Purple o Black Sabbath, pasando por Free o Colosseum, e incluso aportan dos temas de gente con tan poco espíritu hard rockero, como King Crimson o Donovan. Todas estas ardorosas revisiones son convertidas por esta banda sudafricana ( aunque cuenta entre sus miembros, con un inglés y un italiano) en una sísmica explosión sonora, y están interpretadas con carácter y con un poderío sónico bestial, del que te subyuga y se apodera de ti sin remisión. El disco ya se abre hiriendo las orejas con saña desde el primer segundo con Aimless Lady de los Grand Funk. Sencillamente no te dan ni un poquito de tregua durante todo el recorrido, y es que temas como 21 st Century Schizoid Man del Rey Carmesí, en manos de estos bestiajos es toda una auténtica embestida sónica. Y que decir de la abrasadora Season Of The Witch de Donovan, pues que es el tema donde podemos apreciar una atmósfera mas melódica con la incorporación de una flauta, esto es a lo máximo que puedes aspirar en lo que se refiere a momentos de respiro. Estas dos, junto a la extenuante War Pig de los Black Sabbath, son mis canciones favoritas del redondo, y en estos días las he escuchado hasta la saciedad. También me cautivan y me convencen el abrumador torrente sonoro que es Into The Fire de los Purpura, o ese salvaje ataque sónico que es Sin's A Good Man's Brother de los Grand Funk. ... Una auténtica orgía de electricidad, con unos temas en los que muestran a las claras que estos tipos tenían la suficiente personalidad como para no terminar sonando como una replica de esas legendarias bandas ...

Estos Suck no pretenden dejarte alelado con la complejidad de sus canciones, o la riqueza de sus arreglos, no, aquí no vas ha encontrar nada de eso, todo lo contrario, aquí tienes unas canciones que son un verdadero chute de intensidad eléctrica, de sonido denso y arrollador que no te da ni un segundo de respiro y, que seguramente a su término querrás volver a escuchar porque te habrán hecho pasar un rato cojonudo. ... Y esto, sin lugar a ninguna duda, es lo mejor que uno puede decir de un disco, que apetece volverlo a pasar por las orejas ...

Personal :

Andy Ionnides ; Vocals, Flute.
Stephen "Gil" Gilroy : Guitars.
Louis "Moose" Forer : Bass.
Saverio "Savvy" Grande : Drums.



viernes, 8 de enero de 2016

KROKODIL - SWEAT AND SWIM (1.973)


Por fin dejamos atrás las fiestas, y eso me reconforta, no es que reniegue de ellas, siempre son entrañables, pero últimamente me agobian un poco, y me ponen enfermo de nostalgia por la falta de seres muy queridos, por lo que necesito automedicarme con buena música para dejar de lado los sentimientos encontrados que se suelen agolpar en el corazón en esos días, y lo he hecho de la mejor forma posible, desempolvando viejos discos de esos que apaciguan el alma y reconfortan el espíritu, y de los cuales alguno llevaba tiempo sin escuchar, y entre los discos que he ido rescatando, están los de una banda Suiza que a mí siempre me ha parecido bastante buena, pero que tuvo la mala suerte de que el reconocimiento nunca se cruzó en su camino, a pesar de tener bastante enjundia sonora, estoy hablando de Krokodil y su excelente doble trabajo de 1973, Sweat And Swim. He escogido este en concreto porque me parece un disco soberbio, con una escucha de lo más gratificante, aunque algún que otro disco anterior de los suizos tampoco están nada mal, y podrían haber tenido su hueco sin sonrojo alguno, pero este que os acerco lo veo un punto por encima del resto que he escuchado. Y que es lo que se encuentra uno en este gozoso disco, pues la típica argamasa sónica de tonalidades psych que nos deparaban las bandas centroeuropeas de esos años, sobre todo las encuadradas en el denominado Kraukrock, es decir, pasajes de liturgia bluesera, reminiscencias folk, rock de fina sonoridad ácida y, sobretodo, mucha experimentación de cuidada arquitectura capaz de crear un soporte sonoro bastante inspirado, de tonalidades cálidas y acariciadoras. ... Lo mejor que se puede hacer es escuchar el disco y disfrutarlo, y no pensar demasiado en procedencias, seguro que sorprenderá ...

Los diez temas que conforman el álbum no dejan, como digo, lugar a duda en cuanto a inspiración, sus influencias sonoras son ya bastante evidentes desde que la aguja se posa sobre los surcos del corte inicial Talking World War III Blues, que es todo un fogonazo de desenfadado blues, bañado por la brisa de una plañidera armónica y unos tenues coros. El rock arenoso se empapa de nerviosa energía y disfrutables estribillos en All I Ever Wanted, y en la intensa That's All Right, Mama. Mas envolventes y preciosistas suenan temas como Daybreak, de piano embriagador y guitarras entregadas, el instrumental Skylab es otro luminoso momento, armado con una aterciopelada armónica y unos ardorosos riffs de guitarra en la parte final, y que decir de la hermosa Little Girl, un tema de cristalina emoción y bella melodía, que es llevada en volandas por guitarras que rugen sin morder ¡ Otro corte estupendo !. El blues pantanoso y palpitante de granítico riff y arrastrada armónica, se asoma en la inapelable Two To Twelf.

Pero, si hay un tema de impresionante cobertura atmosférica, ese es Linger, un tema esplendoroso de más de diecisiete minutos, de fluida y sugerente textura sónica, repleto de armónicas gaseosas, intensas guitarras de ensoñadora hemorragia eléctrica, y nerviosos teclados... maravillosa y punto...

Precioso recorrido sónico es lo que nos depara este excelente trabajo de los suizos. Un disco realmente amable y estupendo que os recomiendo escuchar con calma y paz.

Personal :

Walty Anselmo : Guitars, Vocals.
Terry Stevens : Bass, Guitars, Vocals.
Moyo Weideli : Harmónica, Flute.
Rainer Marz : Guitar.
Düde Dürst : Drums, Bells, Vocals.
Veit Faiden : Piano, Vibraphone.
Hardy Hepp : Vocals, Violin.



martes, 5 de enero de 2016

FINCHLEY BOYS - EVERLASTING TRIBUTES (1.969)


Por fin hemos dejado atrás al 2015, que esperemos que se haya llevado tanta gloria como paz ha dejado, ya que para un servidor ha sido malo de cojones y, ahora con los brazos abiertos acogemos al naciente 2016, con la esperanza de empezar a levantar la cabeza, y para ello, nada mejor que hacerlo con los motores que hacen funcionar la esperanza y el ánimo de vivir bien encendidos y, de la mejor manera que sabemos en esta casa, con la música, que ha sido el bálsamo que me ha alimentado durante todos estos meses de agobios y sinsabores. Así, que para empezar el año con ganas, fuerza e ilusión, he escogido un disco de sonido garagero, tonalidades ácidas y, atmósferas algo oscuras, como este Everlasting Tributes, y un grupo con base en Chicago que respondía al nombre de Finchley Boys, que practicaban una extraña pero muy sugestiva combinación de áspero blues, efluvios de acariciadora psicodelia, y hasta un angustioso acid-rock, todo ello meticulosamente combinado, resultando todo un tremendo choque sonoro para nuestros oídos, con unos cuantos temas, el que menos disfrutable y, alguno hasta sobresaliente. Y lo escojo porque me parece de lo mas apropiado para cogerle de forma nerviosa el aliento al iniciado año.

Lo he recuperado en estos días festivos, que he estado ordenando un poco el material que tengo en mi disco duro, tengo mucho pendiente porque últimamente me estoy tomando mucho mas tiempo con cada disco, degustándolos mucho más, dándoles algo mas de tiempo, lo vi entre todo el enjambre de carpetas y me decidí a pincharlo porque ya no me acordaba de el, no es un disco que te invada los sentimientos de primeras, pero tras unas cuantas escuchas, se deja abrazar. Se trata de un disco de esos que no pretenden nada, solo ser lo que son y transmitir honestidad, y lo consiguen en temas de descarnada y angustiosa sonoridad, de timbre denso y desasogante en la vocalidad, como en Hooked, para mí gusto uno de los mejores temas del álbum, en Once I Was A Boy, o en la escalofriante Restrictions, todos ellos están cargados de guitarras asfixiantes y una vocalidad repleta de desesperanza. Más dulces y agradables se nos muestran las tonalidades psicodélicas de I'm Not Like Everybody Else, una deliciosa revisión del clásico de The Kinks de guitarras amables y acariciadora melodía, y es que es muy difícil estropear una canción con una estructura melódica tan perfecta y deliciosa. La seductora It All Ends tampoco se queda atrás con su tenue ambientación y guitarras envolventes. También se deja seducir por sus encantos sin violentarnos la frágil Echoes Remains, acariciador tema con un asomo folk en la trastienda del sonido acústico. Más bluesy y fibrosa suena el instrumental Deep Throat Blues. E incluso se atreven a versionear a leyendas del genero como Chester Burnett (Howlin' Wolf), en la granítica Who's Been Talkin, toda una tempestad eléctrica de poderoso desgarro guitarrero y enriquecida con una arrastrada armónica ¡ Imposible que no guste !. El resto son un poco menos luminosas, pero igualmente se dejan escuchar, sin producir sobresaltos desagradables en nuestras orejas.

Un disco que al principio puede costar en su digestión, pero que tras las escuchas esporádicas, resulta cada vez mas apetitoso.

Personal :

George Faber : Vocals, Harp.
Garret Oostdyk : Guitar.
J. Michael Powers : Drums, Percussion.
Tabe : Bass.






THE GROUNDHOGS - LIVE UK TOUR '76 (2004)

Vamos con otro disco de esos que su paso por los altavoces asalta los sentidos por su rotundidad sonora, y que desde el primer momento ll...